Puesta a punto para la Pretemporada
La pretemporada suele comenzar sobre las últimas semanas de agosto y dura hasta el comienzo de la temporada, que suele ser la primera semana de octubre. Aunque se llama “pretemporada,” durante ese periodo, los entrenadores, además de realizar entrenamientos de equipo, organizan partidos amistosos.
Durante los partidos amistosos de pretemporada, el entrenador va a estar probando diferentes combinaciones de equipo y observando a los jugadores. Un buen entrenador trabajará el físico y la velocidad durante la pretemporada, pero para poder rendir durante los entrenamientos y los partidos de pretemporada, y evitar lesiones inoportunas, es importante ponerse en forma antes de comenzar la pretemporada.
Para prepararte para la pretemporada, lo primero que debes haces es trabajar para estar bien de cualquier problema físico que sufriste la temporada pasada. Independientemente del tipo de lesiones con las que estabas lidiando, problemas de salud, o problemas de movilidad, primero hay que tratar eso antes de comenzar cualquier tipo de preparación física.
Durante el verano, los entrenadores suelen dar a sus jugadores una tabla de ejercicios para comenzar entre 3 y 4 semanas antes de la pretemporada. Esos ejercicios suelen ser para mejorar la musculatura (sentadillas, abdominales, flexiones) y la base aeróbica (trotar, correr a intervalos, etc). Sigue las recomendaciones de tu entrenador/a y haz los ejercicios indicados. Se trata de hacer ejercicios que mejoren el equilibrio estructural de los músculos, especialmente los que encuentras débiles.
Las últimas dos semanas antes de la pretemporada es conveniente hacer trabajo de velocidad, como entrenamientos de potencia explosiva para probar los músculos que has estado acondicionando (sprints, series, etc). Se trata de acostumbrar a los músculos a hacer mayores esfuerzos después del parón del verano. Eso sí, si tienes que elegir entre trabajar el equilibrio estructural o la velocidad, es mejor que empieces con el equilibrio estructural de los músculos, porque ese trabajo es fundamental para evitar lesiones.
Si te saltas estos pasos y te presentas el primer día de pretemporada con tu equipo sin estar en forma, hay muchas probabilidades de que sufras sobrecargas musculares y/o lesiones, o como mínimo, que no puedas rendir como a ti te gustaría. Lo último que queremos es comenzar la temporada con mal pie.